En el siglo XV, Iván el Grande explanó el centro de Moscú para hacer una gran plaza junto al Kremlin. En 1941 Stalin comenzó a utilizarla como escaparate del poder de la URSS. El 1 de mayo de 1992, en medio del desmoronamiento del régimen soviético, realicé en la Plaza Roja la primera instalación publicitaria occidental, animando a viajar a las Islas Canarias. La prensa mundial convirtió la valla publicitaria en símbolo de los cambios.